Palma, 20:30 de la tarde.
Estoy en mi casa. Hoy me he sentado cómodamente en mi sofá, dispuesta a ver un rato de televisión. la he encendido y una vez más me he encontrado con que el problema de la crisis copa los telediarios. Crisis económica... ¿Y la crisis social?
Ayer Rusia entró a sangre y fuego en Georgia, y hoy los muertos se contabilizan en más de 1500. El motivo parece ser Osetia del Norte y sus más que interesantes reservas de petróleo para Rusia. La sangre de los inocentes no tiene ningún valor al lado del codiciado crudo. Pero el mundo está demasiado ocupado viendo los Juegos Olímpicos, que se celebran en un país con una dictadura (comunista, sí, pero dictadura con todas sus letras), que tiene entre sus técnicas para mantener la "rectitud" de su sociedad la tortura en las cárceles y que estos días detiene a todo aquel pediodista que no ofrezca una buena imagen de su país al exterior. Es decir, detiene a todo aquel que no dice lo que el gobierno quiere. El mundo parece dar la espalda al drama de Osetia y Gori, y parece no importarle que Pekín sea la cumbre del deporte este año, pero también que Pekín forme parte del país que más contamina del mundo, y además sin ánimo de cambio;"es un problema del resto del mundo, no nuestro", han llegado a decir algunos ministros chinos. Lo de Georgia no es más que una excusa para escribir estas líneas. Miremos a África: en Mauritania la guerra civil es una realidad palpable, sin olvidar que en este continente muere cada minuto un niño por inanición, sida o ambas cosas. ¿Dónde está el mundo?
Volvamos a nuestro país, España. El país que más droga consume de todo el mundo, muy por encima de Estados Unidos, por ejemplo. En cambio, somos el país más atrasado cultural y educativamente. Concretemos en Baleares, nuestra comunidad autónoma. Somos la comunidad con más índice de abortos de España, con más incidencia de VIH... Y con la nota de corte en la universidad más baja de todo el país... Sí, señores... Estamos en un país en el que aquel joven con afan de superarse, de adquirir cultura, ávido de leer, de conocer y de saber, recibe como premio la burla y el escarnio de sus semejantes. Todo porque le resulta una pérdida de tiempo sentarse en el bordillo de una acera para fumar un porro en vez de sentarse en el salón de su casa a leer un libro. Vivir para ver. Todo ello sin olvidar las palizas grabadas por móvil que sirven de entretenimiento y risa. La cultura, el saber estar y la educación están mal vistos entre los jóvenes de hoy en día. ¿Crisis económica? Crisis de la persona, diría yo.
Por eso, cuando enciendo la televisión y veo, por un lado, que el presidente de la Virgin pone al servicio de los ricos su avión para ir al espacio, móviles hechos de diamantes, asesinatos indiscriminados de un gobierno que domina la ONU con su poder de veto, asesinatos de personas como si fueran muñecos de trapo lanzados a la basura, gobiernos totalitarios que celebran juegos olímpicos con total impunidad, niños muriéndose de hambre... Pienso en que no es extraño que el planeta Tierra se retuerza de dolor y pierda sus glaciares y muera poco a poco. Me imagino que sentirá vergüenza de tener en su seno a la raza que más daño le ha causado. Si sigue viva es porque, en alguno de sus rincones aún hay alguien capaz de conmoverse y llorar, emocionarse y tener sentimientos y sensibilidad. En fin, ser un ser humano, ser persona.
M.
Estoy en mi casa. Hoy me he sentado cómodamente en mi sofá, dispuesta a ver un rato de televisión. la he encendido y una vez más me he encontrado con que el problema de la crisis copa los telediarios. Crisis económica... ¿Y la crisis social?
Ayer Rusia entró a sangre y fuego en Georgia, y hoy los muertos se contabilizan en más de 1500. El motivo parece ser Osetia del Norte y sus más que interesantes reservas de petróleo para Rusia. La sangre de los inocentes no tiene ningún valor al lado del codiciado crudo. Pero el mundo está demasiado ocupado viendo los Juegos Olímpicos, que se celebran en un país con una dictadura (comunista, sí, pero dictadura con todas sus letras), que tiene entre sus técnicas para mantener la "rectitud" de su sociedad la tortura en las cárceles y que estos días detiene a todo aquel pediodista que no ofrezca una buena imagen de su país al exterior. Es decir, detiene a todo aquel que no dice lo que el gobierno quiere. El mundo parece dar la espalda al drama de Osetia y Gori, y parece no importarle que Pekín sea la cumbre del deporte este año, pero también que Pekín forme parte del país que más contamina del mundo, y además sin ánimo de cambio;"es un problema del resto del mundo, no nuestro", han llegado a decir algunos ministros chinos. Lo de Georgia no es más que una excusa para escribir estas líneas. Miremos a África: en Mauritania la guerra civil es una realidad palpable, sin olvidar que en este continente muere cada minuto un niño por inanición, sida o ambas cosas. ¿Dónde está el mundo?
Volvamos a nuestro país, España. El país que más droga consume de todo el mundo, muy por encima de Estados Unidos, por ejemplo. En cambio, somos el país más atrasado cultural y educativamente. Concretemos en Baleares, nuestra comunidad autónoma. Somos la comunidad con más índice de abortos de España, con más incidencia de VIH... Y con la nota de corte en la universidad más baja de todo el país... Sí, señores... Estamos en un país en el que aquel joven con afan de superarse, de adquirir cultura, ávido de leer, de conocer y de saber, recibe como premio la burla y el escarnio de sus semejantes. Todo porque le resulta una pérdida de tiempo sentarse en el bordillo de una acera para fumar un porro en vez de sentarse en el salón de su casa a leer un libro. Vivir para ver. Todo ello sin olvidar las palizas grabadas por móvil que sirven de entretenimiento y risa. La cultura, el saber estar y la educación están mal vistos entre los jóvenes de hoy en día. ¿Crisis económica? Crisis de la persona, diría yo.
Por eso, cuando enciendo la televisión y veo, por un lado, que el presidente de la Virgin pone al servicio de los ricos su avión para ir al espacio, móviles hechos de diamantes, asesinatos indiscriminados de un gobierno que domina la ONU con su poder de veto, asesinatos de personas como si fueran muñecos de trapo lanzados a la basura, gobiernos totalitarios que celebran juegos olímpicos con total impunidad, niños muriéndose de hambre... Pienso en que no es extraño que el planeta Tierra se retuerza de dolor y pierda sus glaciares y muera poco a poco. Me imagino que sentirá vergüenza de tener en su seno a la raza que más daño le ha causado. Si sigue viva es porque, en alguno de sus rincones aún hay alguien capaz de conmoverse y llorar, emocionarse y tener sentimientos y sensibilidad. En fin, ser un ser humano, ser persona.
M.